
¿Qué es una alveolitis dental? ¿Qué es la alveolitis seca?
La alveolitis dental (osteítis alveolar, alveolitis seca, alveolitis húmeda), se define como la inflamación del alveolo dental, que es el espacio en el hueso de la mandíbula, donde se encuentran ubicados los dientes.
Es bastante común que la alveolitis se desarrolle después de una extracción dental; por lo que es un padecimiento bastante frecuente, siendo aún más frecuente después de la extracción de los molares (las muelas), y específicamente después de la extracción de las cordales (las muelas del juicio).
¿Cuáles son los síntomas de una alveolitis dental?
Los síntomas normalmente aparecen de 3 a 5 días después de la extracción, y son:
- Dolor agudo en el área de la extracción, que puede irradiarse a otras partes, como el oído.
- Inflamación, razón por la cual puede ser difícil abrir la boca.
- Mal aliento, halitosis.
Si bien la apariencia del área de la extracción no está considerada dentro de los síntomas, puede darnos una idea del progreso de nuestra recuperación; ya que, por lo general, cuando estamos desarrollando una alveolitis no se observa un progreso en la curación del área de la extracción, y esta puede llegar a verse de un color rojo-café oscuro.
El observar una capa de color blanquecino (blanco-amarillo) sobre el área de la extracción no es una señal del desarrollo de una alveolitis; ya que la presencia de esta se corresponde con el proceso natural de la cicatrización, con la formación de nuevo tejido sobre el área. No debemos tratar de tocar o desprender esta capa; ya que podemos interferir con el avance del proceso de recuperación.
En mi caso, los síntomas aparecieron después de 5 días, y el principal fue el dolor. A mí me dolía bastante, y uno puede distinguir entre el dolor normal propio de una extracción, y este nuevo dolor: es un dolor más agudo, y localizado. Además presenté mal aliento, y mal sabor de boca, un sabor «pesado», un sabor amargo.
¿Cuáles son las causas de una alveolitis dental?
Después de extraer el diente o muela, el alveolo (huequito donde estaba el diente), queda expuesto. Naturalmente, una vez extraído el diente, ese huequito se llena de sangre, formándose un coágulo que lo protege del ambiente; pero si ese coágulo se forma mal, o se desprende, el alveolo queda expuesto a los gérmenes de nuestra boca, al aire, y a la comida; por lo que se puede infectar e inflamar.
Tomando lo anterior en cuenta, las causas de esta infección/inflamación se pueden dividir en dos grande grupos:
Falta de atención/experiencia del odontólogo: El odontólogo, debe estar atento a que la cavidad del alveolo se llene por completo de sangre, que se forme bien el coágulo; además debe tratar de realizar la extracción causando el menor daño posible en el tejido, y esto solo se logra con experiencia.
Descuido de la persona: Si el coágulo se formó bien, las acciones posteriores de las personas pueden ocasionar que este se desprenda o desintegre.
¿Cómo se previene una alveolitis dental?
Busca un odontólogo certificado.
Siempre debemos acudir, consultar, con un odontólogo certificado, con un odontólogo que esté asociado, y respaldado, por un colegio profesional. Con nuestra salud no debemos correr riesgos.
Muerde bastante tiempo la gasa (algodón).
Este trozo de gasa que te hacen morder, si la quitas muy pronto, si no lo muerdes por suficiente tiempo (unos 30 minutos), corres el riesgo de desprender el coágulo, o evitar que se forme del todo, correctamente.
Respeta la dieta blanda.
El odontólogo, normalmente te recomienda una dieta blanda por cierta cantidad de días, respétala. Trata de seguirla al pie de la letra, yo no lo hice, y estoy seguro de que tuvo bastante que ver con el desarrollo de mi alveolitis.
Evita fumar.
Se ha demostrado que las personas fumadoras, tienen mayor probabilidad de desarrollar una alveolitis dental, que las no fumadoras.
Evita consumir bebidas a través de pajilla (popote, sorbete); y evita escupir.
Suena a truco casero; pero tiene su fundamento: la fuerza de succión que se produce al beber un líquido con pajilla, puede ser suficiente para desprender el coágulo que protege el alveolo. Este mismo razonamiento se aplica para la acción de escupir, evita hacerlo.
Mantén una correcta higiene dental.
Debes continuar con tu higiene dental regular, eso sí, teniendo el cuidado de no lastimar con el cepillo de dientes el área de la extracción.
Si utilizas enjuague bucal (de preferencia sin alcohol), evita hacer gárgaras o buches, mueve la cabeza de un lado al otro, para que el líquido cubra todo el interior de tu boca.
¿Cómo se quita, trata, una alveolitis dental?
Si después de realizarnos una extracción dental notamos los síntomas de una alveolitis, dolor agudo principalmente, debemos consultar con un odontólogo.
No existen remedios caseros ni trucos para controlar una alveolitis. Solo eso, debemos ponernos en las manos de un profesional.
Solo un odontólogo puede confirmarnos que estamos desarrollando una alveolitis; y en este caso, solo él puede recomendarnos algún tratamiento adecuado para nuestra condición. Dependiendo de su criterio, optará por utilizar uno o varios de los tratamientos más comunes:
Analgésicos y antibióticos: Para controlar el dolor y posibles infecciones, respectivamente. Siempre debemos completar el tratamiento con antibióticos, siempre.
Apósitos: Un apósito es una pequeña pasta que se coloca en el área de la extracción, para favorecer la cicatrización del área. Evita posibles infecciones.
Curetaje: Es el raspado del área de la extracción. Literalmente, se rompe el área de la extracción (con alveolitis), para que se forme un nuevo coágulo que proteja el alveolo. Al volver a sangrar el área, se busca reiniciar el proceso de cicatrización, de recuperación.
Sangrado después de una extracción dental.
Si bien es cierto el sangrado del área de la extracción no está directamente relacionado con el desarrollo de una alveolitis dental, si se trata de una complicación postoperatoria bastante frecuente. El sangrado más común es el que aparece luego de unas cuantas horas de realizada la extracción, y se debe, en la mayoría de los casos, al desalojo (la caída) del coágulo que protege al alveolo.
Para Boucree y Garri (cirujano en odontología y cirujano plástico, respectivamente), los cuales realizaron una revisión de las complicaciones postoperatorias más comunes en odontología, la mayoría de estos sangrados pueden ser controlados por nosotros mismos.
Según ellos, lo que se debe hacer es colocar un trozo de gasa (no algodón) sobre el área de la extracción y apretarlo con los dientes, morderlo, por al menos unos 20 minutos. Si pasados estos 20 minutos aún continúa el sangrado, debemos consultar lo más pronto posible con un odontólogo.
Mi experiencia.
Después de que el odontólogo me confirmara que estaba desarrollando una alveolitis dental, él decidió que lo mejor era aplicar el curetaje.
Así que lo que él hizo fue: lavar la cavidad del alveolo con una solución, después de esto, raspó la cavidad (la sangró), buscando que se llenara de sangre, y me recetó unos antibióticos.
Yo, en esta segunda oportunidad, sí respeté la dieta blanda, y logré recuperarme por completo, sin complicaciones.
Recuerda, en caso de que sientas que el dolor y la inflamación aumentan, pasados dos o tres días después de la extracción, lo mejor que puedes hacer es consultar con un odontólogo; él es la única persona que te puede confirmar si desarrollaste una alveolitis dental, e indicarte la mejor manera de tratarla.
Espero que esta información te sea de utilidad. Que tengas muy buena suerte.
Fuentes consultadas
Klammt et al. Risk of alveolitis after dental extracction. Stomatol DDR. 1985. Abstract.
Morales. Alternativas de tratamiento para la osteítis alveolar (alveolo seco) y revisión de la literatura. 2011. Resumen
Boucree and Garri. Dental Extractions. Ferraro’s Fundamentals of Maxillofacial Surgery. Springer Science. 2015.
Sridhar et al. Evaluation of the Perioperative Use of 0.2% Chlorhexidine Gluconate for the Prevention of Alveolar Osteitis After the Extraction of Impacted Mandibular Third Molars: A Clinical Study. J. Maxillofac. Oral Surg.. 2011. Abstract
Fragiskos. Perioperative and Postoperative Complications. Oral Surgery. 2007.